Fue construido para la familia Boni por Giuliano di Maiano entre 1461 y 1469. El palacio, hoy, lleva el nombre de los terceros y actuales propietarios, los Antinori, que lo compraron en 1506. La sobriedad y armonía de la construcción, que se caracteriza por el elegante pórtico central, está inspirado en el Palacio Davanzati y en el Palacio Medici Riccardi.

Para testimoniar la antigua producción vinícola de los Antinori, en la calle Vicolo del Trebbio, el edificio conserva una pequeña ventana desde la que, antiguamente, vendían las botellas.

La tradición vinícola de los Antinori sigue todavía viva; la familia produce en sus viñedos, repartidos por toda Toscana, vino y “vinsanto” (vino dulce) famosos en todo el mundo. En la planta baja del palacio se encuentra la "cantinetta" (bodeguita), donde se pueden degustar los vinos y comidas que producen los Antinori.