- Fiestas florentinas
El famoso acontecimiento representa para los florentinos una cita, los domingos de Pascua, para augurar paz y perdón. El evento, en realidad, es muy antiguo, se remonta a la primera cruzada para liberar el Santo Sepulcro de los infieles. En 1099, durante el asedio a Jerusalén, el florentino Pazzino de’ Pazzi fue el primero en subir a la muralla de la ciudad santa para poner el estandarte con la cruz roja de los cruzados.
Por su acto de valor, Pazzino recibió del jefe de la expedición, Godofredo de Bouillon, tres trozos del Santo Sepulcro. Cuando regresó a casa, el 16 de julio de 1101, Florencia recibió al glorioso capitán con una gran fiesta, y las tres trozos del Santo Sepulcro fueron colocadas en varias iglesias de la ciudad.
El Origen
Desde el regreso de Pazzino, se estableció en la ciudad toscana la costumbre, típica de los cruzados, de distribuir el fuego bendito como símbolo de purificación. Por esto, desde 1101, al pueblo florentino se le daba el fuego santo, celebrando una pomposa ceremonia, cada Sábado Santo. Los jóvenes de cada familia iban a la catedral y allí encendían una pequeña antorcha con el gran fuego bendito, encendido frotando los tres palos del Santo Sepulcro.
Después, los jóvenes iban, cantando en procesión, por la ciudad, llevando la llama santa a todas las casas. Con el tiempo, la fiesta se hizo cada vez más complicada y espectacular, se introdujo un carro para transportar el fuego santo y, a finales del siglo XIV, los carbones encendidos fueron sustituidos con fuegos artificiales. Los Pazzi tenían el deber y honor de organizar el carro.
La familia de Pazzino perdió este privilegio en 1478, cuando organizó la famosa conjura contra los Médicis. Cuando murieron todos los conspiradores, los Médicis eliminaron todo lo relacionado con la Casa de los Pazzi, por lo que abolió la explosión del carro.
La Fiesta
Pero a los florentinos no les gustó la prohibición del espectáculo del Sábado Santo y obligaron a los Médicis a que restablecieran la distribución del fuego sagrado con el carro. Con el advenimiento de Savonarola y la expulsión de los Médicis, en 1494, los Pazzi recuperaron sus antiguos privilegios. Para agradecer a Florencia, los Pazzi decidieron construir un carro triunfal con tres pisos para que durara toda la vida.
Para encender los fuegos del carro, se predispuso un cohete con forma de paloma, llamado “colombina”. Desde entonces, la espectacular explosión, que se enciende con la colombina, se hace en este carro del siglo XV. Con los siglos, la ceremonia religiosa ha conservado invariable el rito, aunque el día de la fiesta ha pasado del Sábado Santo al Domingo de Pascua.
Todavía hoy, este domingo por la mañana, dos bueyes empujan el carro del fuego pascual, que los florentinos llaman “Brindellone”, escoltado por 150 soldados, músicos y abanderados del Calcio (Fútbol) Histórico Florentino hasta la catedral. Aquí, después de desatar a los animales, el carro se une con una cuerda al centro del coro de la catedral. A las once, durante la ceremonia religiosa, se enciende, dentro de la catedral, la mecha de la colombina, que enciende los fuegos artificiales del carro.
De esta manera, Florencia sigue perpetuando la tradición del fuego sagrado.