Desde siempre, Florencia celebra con bailes, músicas y obras de teatro el renacimiento cíclico y primaveral de la naturaleza. Esta fiesta de la Primavera se llamaba “Calendimaggio”, porque era el uno de mayo, es decir, en las calendas. Para comprender la importancia de este día para Florencia, la ciudad del lirio, es suficiente pensar que el nombre de la orquesta “ Il Maggio Musicale Fiorentino”, una de las más prestigiosas del mundo, viene de esta festividad.

Las celebraciones de la “maggiolata”, en realidad, empiezan el 30 de abril y duran todo un mes. Todas las actividades artesanales y mercantiles se suspendían y Florencia estaba invadida por una muchedumbre alegre que desfilaba por las calles, que se adornaban con tapices, banderas y laureles. La fiesta, aunque era de origen pagano, por mucho tiempo también fue religiosa, y era una costumbre adornar con guirnaldas los tabernáculos y ofrecer flores benditas.

Los Orígenes

El uno de mayo, la Compañía de los Zapateros, para venerar a su protector, San Felipe, celebraba una misa fuera de la iglesia Orsanmichele, delante de la estatua del santo, donde, además, se preparaba “la fiorita”, un tapiz de flores y hojas primaverales. Para las calendas de mayo, se organizaban reuniones públicas en las que participaba toda la población. Este día, los mozos y mozas cantaban canciones populares, “i maggi”, e iban a las casas de las jóvenes que estaban comprometidas, que les daban una flor a cada uno.

Estas comitivas, que todavía existen, se llamaban los “maggiaioli”, y delante de ellas iba el “majo”, un joven que llevaba en la mano un ramo de flores, símbolo de la primavera. Además de estas canciones, en mayo también se representaban obras teatrales con temas clásicos, religiosos o históricos. En la “maggiolata”, también estaba previsto el antiguo “juego de las banderas”, durante el prestigioso “Trofeo Marzocco”, un importante torneo entre grupos de abanderados.

Hoy en día, el trofeo es una famosa competición entre equipos de diferentes ciudades italianas, compuestas por abanderados y músicos que acompañan a las exhibiciones.

La fiesta

En esta gran fiesta, el 23 de mayo, se conmemoraba el acontecimiento que marcó el cambio de Florencia del siglo XV al XVI. El 23 de mayo de 1498, el religioso dominico Girolamo Savonarola, que había propuesto la fundación de una nueva república florentina bajo la protección de Cristo, fue procesado, ahorcado y quemado por predicar contra la familia de los Médicis y por acusar de corrupción al clero. A la mañana siguiente del martirio, el lugar donde había estado su patíbulo, fue cubierto de flores, pétalos de rosas y hojas de palmeras, para demostrar el gran amor que los florentinos sentían por el monje dominico.

Desde entonces hasta hoy, todos los años, Florencia recuerda al ascético predicador con una misa en la capilla de los priores en el Palacio Viejo, con un desfile de monjes dominicos, vecinos y autoridades ciudadanas, pero, sobre todo, se sigue componiendo el tapiz de flores en el lugar del ahorcamiento, donde, desde hace siglos, hay una placa de mármol en memoria del acontecimiento.